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Los cantantes tienen que cuidar sus cuerdas vocales para mantener una buena calidad sonora en sus interpretaciones, como cabe suponer, la alimentación influye notablemente en este proceso. Por este motivo, este artículo se ha realizado pensando en los alimentos que deben evitar los cantantes para cuidar su voz.

La alimentación de un cantante, al igual que la de cualquier otra persona, debe ser lo más saludable posible, variada y equilibrada, rica en verduras y frutas. En relación a la voz, es importante incluir proteínas, ya que ayudan a que el diafragma trabaje mejor.

Como recomendación general, nunca se debe comer antes de salir a un escenario, dejando un espacio mínimo de dos horas. El motivo es que cuando se come, el cuerpo se centra en el estómago y se ralentiza la actividad en el resto del organismo. Eso provoca que se cante con menos energía, además de inhabilitar la alerta mental y la coordinación vocal necesaria para cantar y vocalizar correctamente.

Nada de alcohol, tabaco o bebidas frías

El alcohol y el tabaco son sustancias nocivas para el organismo y se deberían de evitar, especialmente si se canta de manera profesional, ya que son muy perjudiciales para las cuerdas vocales.

En cuanto a las bebidas que se ingieran, es altamente recomendable consumir mucha agua para mantener el aparato fonador bien hidratado, aunque, no se deben tomar ni muy frías ni muy calientes, pues ambos extremos son perjudiciales. El agua tibia, del tiempo, en cantidad abundante es lo más beneficioso, y en caso de tener laringitis más aún.

Café

El café es un diurético, lo que aumentará la producción de orina, y esto a su vez puede llevar a la deshidratación de las cuerdas vocales, haciéndolas más propensas a sufrir grietas y fisuras.

Cítricos y dulces

Los cítricos son ácidos y provocan irritación en las cuerdas vocales. El azúcar de los dulces, por su parte, reseca las cuerdas vocales y las hace más propensas a sufrir infecciones.

Leche, lácteos y otros productos que aumentan la mucosidad

Los cantantes no deben consumir leche ni sus derivados, como el queso, así como alimentos muy aceitosos. El motivo es que aumentan la producción de mucosa en las cuerdas vocales. Si son excesivas se transforman en flemas, lo que perjudica el sonido de la voz, que se produce sin brillo.

Las flemas son un mal bastante habitual entre los cantantes, e imposibilita un sonido claro. Además, al tener las cuerdas envueltas en una cantidad excesiva de mucosidad, es imposible tener un control total de la voz.

Los casos en los que aparece la laringitis son por el contrario, debido a la falta de mucosidad, que normalmente se debe a hábitos poco recomendables, como fumar o tomar alcohol. Sin embargo, es tan malo tener poca mucosa como un exceso de la misma. Cuando se genera mayor cantidad de la normal, es cuando aparecen las flemas, haciendo que el sonido de altere por completo.

Además, el cantante, inconscientemente, cambia la posición de la musculatura usada para generar el sonido, produciéndole tensión muscular.

Otros productos que generan muchas flemas y se deben evitar son los refrescos, además dificultan la digestión.

La miel, el mejor aliado del cantante

Para terminar, después de la lista de alimentos que no son recomendables, se presenta un gran aliado para cuidar las cuerdas vocales y fortalecerlas. Se trata de la miel pura, que es un antiséptico y un antiinflamatorio natural.

Las sustancias antibacteriales presentes en la miel ayudan a los cantantes a calmar la laringitis y la tos, lo que la convierten en un buen jarabe natural. Varias cucharadas de miel pura calman la faringe y la reconfortan. Así mismo, se comercializa en pastillas de miel con propóleo en tiendas naturistas que se suelene tomar cuando se sienta irritación en las cuerdas vocales, siendo un remedio fácil de llevar siempre en el bolsillo.

Algunas infusiones que llevan miel son también muy recomendables para mejorar estados como la laringitis. En estos casos, para mantener la garganta hidratada, se recurre al agua tibia con un chorrito de zumo de limón y una cucharadita de miel. El efecto beneficioso se potencia si se le añade, además, jengibre fresco.

Para la preparación, se corta el limón a cuartos y se hierve en agua junto al trozo de jengibre durante 10 minutos. Posteriormente, se cuela el líquido y se le añade miel al gusto.

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